Llegué a Corea un 20 de agosto, caluroso, húmedo... Hice transbordo en la estación de Bupyeong y de pronto me encuentro al lado de las mecánicas unas escaleras cuyos peldaños son un piano. Y sonaban como un teclado. Y se iluminaban. Y yo no pude hacer otra cosa que ponerme a saltar de peldaño en peldaño, tras 12 horas de viaje... indescriptible...

Esta gente está obsesionada con el peso y la vida saludable. Se pasan horas y horas sentados trabajando, o en el ordenador. Así que el gobierno insta a una vida saludable a sus ciudadanos haciendo este tipo de cosas. Además, te van diciendo peldaño a peldaño cuantas calorías vas perdiendo... Una pasada. Aunque un poco obsesivo, me parece una buena iniciativa.

Tiene su origen en una campaña que hizo la agencia internacional de publicidad DDB para Volkswagen y que empezó en el metro de Estocolmo, siguió hasta America y cruzó el charco de nuevo hasta Asia, donde el gobierno Surcoreano lo a tomado como camapaña para mejorar la salud de sus conciudadanos.